El discurso dialógico es aquel que se caracteriza por la interacción directa entre los hablantes, por lo tanto, su elaboración depende de todos los interlocutores que participan en él. Los discursos dialógicos presentan una estructura formal que es la toma de turnos y una organización del contenido que se manifiesta mediante el manejo del tópico (tema). El discurso dialógico depende de todos los interlocutores que participan en él. Por lo tanto, es un discurso eminentemente colaborativo. En estos tipos de discursos se pueden distinguir dos niveles: uno estructural (la toma de turnos) y uno del contenido (el manejo del tópico).
La toma de turnos permite la ordenación y distribución de los participantes de la comunicación. En términos simples, este procedimiento posibilita que los sujetos de un discurso dialógico participen como hablantes y como oyentes. De este modo, cuando un interlocutor está hablando ha tomado el turno y cuando está escuchando lo ha cedido.
A. ¡Uf! ¡Qué calor hace!, ¿no te parece?
2. Un interlocutor se toma la palabra interrumpiendo al hablante, lo que da pie al desarrollo de un tema. Por ejemplo:
A. Estábamos hablando de las elecciones y…
B. Espera, ¿supiste quién se va a presentar de candidata del Centro de Alumnas?
3. Un interlocutor pide el turno a través de signos no verbales: uno de los interlocutores carraspea, mira para otro lado, etc. En estos casos el hablante puede ceder su turno o no tomar en cuenta la intención de su interlocutor. Por ejemplo:
A. …y entonces lo que creo que tenemos que hacer es…
B. (mira para otro lado).
A. Bueno, creo que he hablado suficiente, ¿qué piensas tú?
Se entiende por manejo del tópico la capacidad que tienen los interlocutores en un discurso dialógico de introducir un tema, desarrollarlo y finalizarlo.
El manejo del tópico o tema involucra una serie de habilidades específicas que permiten a los hablantes introducir un tema, desarrollarlo, modificarlo y concluirlo. Es importante destacar que en un discurso dialógico pueden exponerse varios tópicos distintos.
La conversación, la entrevista y la discusión son considerados discursos dialógicos, porque todos presentan una estructura formal (toma de turnos) y una organización del contenido (manejo del tópico) correspondiente.
La conversación es una forma de interacción lingüística caracterizada por ser un tipo de discurso dialógico espontáneo, puesto que tanto la toma de turnos como el manejo del tópico se desarrollan libremente, es decir, los participantes (al menos dos) hacen uso de la palabra alternadamente. Así, los interlocutores no se rigen por una organización extrema en la toma de turnos y tampoco se basan en reglas tan estructuradas o previamente establecidas para introducir, modificar o concluir un tópico.
La entrevista se puede definir como una conversación dirigida hacia la obtención de información sobre algún tema específico o sobre aspectos seleccionados previamente. Los participantes son el entrevistador y el entrevistado. Este último es, generalmente, una persona informada, cuya función es exponer del tema sobre el cual resulta interrogado.
Por su parte, el entrevistador determina el tema de la entrevista. La realización de ella requiere que el entrevistador tenga claro el objetivo de sus preguntas, de modo que estas le permitan cumplir el propósito establecido. Para la elaboración del cuestionario es necesario que se informe acerca del tema del cual va a hablar con el entrevistado.
En el caso de la entrevista, la toma de turnos está dirigida, pues el entrevistador determina cuándo toma el turno y cuándo lo cede al entrevistado. Sin embargo, es importante destacar que en algunas ocasiones es el entrevistado el que dirige la toma de turnos; por ejemplo, si interrumpe al entrevistador.
Es un discurso que se caracteriza porque en él participan más de dos sujetos. Su finalidad es que se expongan varios puntos de vista sobre un mismo tema, por ello es fundamental la participación de todos los sujetos que integran la discusión. Esta, por lo general, implica la divergencia o controversia en torno a un tema. En el caso de discusiones más estructuradas (como es el caso de una discusión en televisión con panelistas o una discusión en la sala de clases sobre algún asunto específico) las intervenciones son reguladas por uno de los participantes, que actúa como moderador, encargándose de presentar los tópicos que se van a tratar y asegurando que todos los integrantes participen en la discusión y respeten el turno de habla de los demás. Como se trata de una situación en la cual se exponen diversas perspectivas sobre un tema y estas son opuestas entre sí, resulta importante, sobre todo durante la discusión, poner en juego principios de cooperación y de cortesía.
- Función Emotiva o Expresiva: corresponde al emisor, porque mediante ella se expresan las actitudes y los sentimientos del hablante.
- Función Conativa o Apelativa: corresponde al receptor, ya que a través de ella se influye en sus actitudes y emociones.
- Función Poética: su finalidad radica en la estructuración del mensaje.
- Función Referencial: informa sobre los hechos del mundo aludidos en el contexto.
- Función Fática: consiste en la toma de contacto o la constatación de que el canal está funcionando.
- Función Metalingüística: se centra en el código y su función es la reflexión sobre la lengua.
El prefijo griego “para” significa “junto a”, por lo tanto, los elementos paralingüísticos serán aquellos que acompañan la expresión verbal. Cuando transmites oralmente un mensaje, no solo lo haces verbalmente, sino que acompañas tu lenguaje con una serie de elementos denominados paralingüísticos. Los más relevantes son la entonación, las pausas y el énfasis en la voz. Estos elementos permiten que el oyente comprenda con mayor facilidad lo que tú transmites, pues refuerzan el contenido de lo que comunicas por medio del lenguaje verbal. Cuando la comunicación es escrita los elementos paralingüísticos son transcritos por medio de signos de puntuación, de exclamación, de interrogación y tipos de letras.
También existe la comunicación no verbal. Esta complementa, enfatiza y regula lo que expresas por medio de tu lenguaje verbal. Seguramente te ha sucedido que estás triste y no se lo quieres decir a nadie. Sin embargo, cuando te preguntan: “¿cómo estás?” y tú dices: “bien”, tus gestos dicen lo contrario y se descubre la verdad.
No se considera que la comunicación no verbal pueda ser independiente de la verbal.
A continuación te presentamos las modalidades de la comunicación no verbal:
Expresiones faciales.
Gestos corporales.
Distancias espaciales que se establecen entre los interlocutores (cercanía si hay deseos de estar cerca, lejanía si hay deseos de estar lejos).
Los planteamientos anteriores significan que una misma lengua o idioma varía de acuerdo a factores socioculturales, generacionales y geográficos.
Por otra parte, existe la necesidad de adaptar el lenguaje a la situación comunicativa en que uno se encuentra. Así, cuando un sujeto está en una situación formal se expresa formalmente, por el contrario, si la situación es coloquial (informal) habla de manera informal. Estas diferentes formas de expresarse se denominan registros de habla.
Hay una gran variedad o niveles del habla; o lo que es lo mismo, hablamos con diferentes registros o niveles idiomáticos. Existen tres grandes grupos o niveles del habla: coloquial, culto y vulgar.
La fonética tiende a la relajación, de modo que hablar sea más fácil para los interlocutores. La sintaxis está menos cuidada que en la lengua escrita y a menudo las frases no las acabamos.
Se titubea mucho y la contradicción es otra de sus características. El léxico es muy impreciso. Abundan las muletillas, frases hechas o simples, abundan diminutivos y aumentativos así como las comparaciones, exageraciones, ironía...
Se caracteriza tanto por su imaginación creadora como por su escaso vocabulario, se utilizan sufijos deformadores del vocabulario. También se utilizan prefijos innecesarios, se utilizan términos de los grupos marginales: cachai, bacán. Muchos jóvenes utilizan una jerga como señal de identidad.
Los términos utilizados en cada jerga se llaman jergalismos o argotismos.
Dentro de esta categoría de lenguaje culto, podemos hacer una distinción en tres rangos, según el nivel cultural:
o Nivel culto: alta formación cultural.
o Nivel común: cotidiano, coloquial, estándar. Es la forma correcta del idioma que permite la comunicación entre los hablantes del mismo.
o Nivel popular: escaso conocimiento cultural, vocabulario sencillo, pero no vulgar.
Falta educación y contacto con la lengua estándar. Es el empleado por gente de escasa o de ninguna cultura. En ese caso podemos encontrar errores fonéticos, sintácticos, léxicos propios del lenguaje vulgar.
o Lenguaje: capacidad que tiene una persona para poder comunicarse
o Lengua (op idioma): el conjunto de signos lingüísticos seleccionas por un grupo de hablantes (país... etc.).
o Habla: es la conversación, una de las formas de expresar la lengua o idioma.
o Comunicación: actividad humana que le permite al hombre vivir en sociedad.
-Los declaro marido y mujer.
Si estas palabras son dichas en medio de la clase a Rosa y Andrés, no tienen ningún valor performativo: Rosa y Andrés seguirán tan solteros antes como después de que hayan sido pronunciadas. Pero si las pronuncia un sacerdote durante una celebración de matrimonio, el acto del matrimonio se realiza en ese mismo momento.
Observa que los verbos performativos solo funcionan como tales en presente. Si el mismo cura dice: Ayer declaré marido y mujer a Rosa y Andrés, esta frase ya no será performativa.
Cuando nuestras afirmaciones son objetivas y solamente presentamos o damos a conocer un hecho o una situación.
Ejemplo: "Hay 12 mil personas damnificadas por el temporal".
Cuando nuestras afirmaciones son expresiones de nuestra subjetividad y con ellas estamos dando a conocer nuestro punto de vista o nuestros sentimientos.
Ejemplo: "Yo creo que deberían distribuirse los recursos de otra manera".